“La Familia: Vive con alegría y santidad la vocación del amor»
La celebración del Abrazo en Familia pretende consolidar los valores de respeto, amor y fraternidad entre los miembros de la misma, pues el abrazo va más allá de las palabras y se hace sentir. Ofrecer un abrazo es una acción terapéutica, capaz de aliviar las dolencias físicas, psicológicas y espirituales; es un acto sanador, más aún cuando viene de seres queridos. Con el abrazo, se cultiva el amor desde la sencillez y la humildad, en un gesto de amor que implica donación y entrega.
Demos gracias a Dios que de nuevo nos ha convocado para participar de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía: la gran familia de Dios Padre, la gran fraternidad de Cristo, la iglesia Esposa de Cristo. Necesitamos signos para mostrar nuestra alegría y cariño, pero lo importante no son las cosas con las que celebramos, sino el corazón y el cariño que ponemos en las celebraciones. Jesucristo nos enseña que Dios mira el corazón del hombre buscando su pureza espiritual, lo que importa es lo que sale del corazón dando testimonio con nuestra vida.
La Iglesia nos recuerda cada año la Jornada de la familia que este año tiene por lema:
La Familia: Vive con alegría y santidad la vocación del amor
Constructora de una nueva sociedad” Hagamos nuestro este lema e invoquemos en nuestra celebración al Espíritu Santo para que cada familia, arraigada en Cristo, sea fuente viva de fe, signo vivo del amor de Dios y germen fecundo de la nueva evangelización en este mundo que necesita, con urgencia, la esperanza de Dios.
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14)
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21)
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Palabra de Dios
Salmo 127.
R/Dichosos los que temen al Señor
y siguen sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 2,22-40
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones”. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.».
Ofrendas en la Eucaristía Abrazo en Familia 2022.
Eucaristía Acción de Gracias
Acción de gracias…
Jesucristo, Señor y Salvador de nuestras almas. Creemos en ti, te amamos de todo corazón. En tu nombre hemos conformado nuestra familia para siempre.Te damos gracias Señor por la vida, por cada miembro de nuestra familia aquí presente y por aquellos que hoy no están.
Gracias porque podemos reconocer cuanto nos amamos, demostrándonos cada día nuestro aprecio a través de la atención y el respeto los unos a los otros.
Gracias por tu perdón, el cual derramas sobre nosotros mientras nos esforzamos en mantener una actitud de comprensión y paciencia en el hogar y para con las personas que nos rodean.
Gracias por las oportunidades que nos has brindado de amar, servir, ayudar, de trabajar y prosperar en este lugar donde vivimos, a donde nos has traído, no para volver atrás sino para conquistar las bendiciones que ya tienes para preparadas por tu santa voluntad.
Gracias Jesús porque tu palabra se cumple y has estado aquí todos los días. Te agradecemos que nada nos ha faltado y porque hemos aprendido a valorar lo que si tenemos y a no perder nuestra paz deseando lo que no necesitamos.
Gracias porque tú nos guardarás en tu santa mano, en tu paz, y en salud, y el próximo año podremos reunirnos de nuevo y daremos testimonio de que tu amor y tu Espíritu han reinado en este hogar; porque tú tienes y tendrás el primer lugar en nuestras vidas.
Gracias Señor Gracias…